A todos nos encantan los espacios amplios y bien iluminados, sin embargo, la realidad es que a veces no disponemos de tanta luz natural como nos gustaría. Si este es tu caso, sigue leyendo para descubrir cómo sacar el máximo partido a cada rincón.
A falta de sol, buenas son lámparas
La luz es importante, por ello, podemos suplir la carencia de ventanas o de luz natural con lámparas colocadas de manera estratégica. Tienes de todos los modelos y estilos, colgantes, plafones, apliques y lámparas de pie o de mesa.
Para saber si has colocado las lámparas adecuadas o suficientes, simplemente comprueba si ves tan bien como lo harías a la luz del día en cualquier otra estancia. Consigue una luz auxiliar si no es el caso. Si colocamos esta en un solo punto, los objetos y nosotros mismos acabaremos haciendo sombra sobre el resto de la estancia.
Elegir la bombilla también es delicado. Tienes tres opciones de luz: Neutra, blanca o amarilla. Si bien la amarilla es más acogedora y la blanca es más fría, decantarnos por una o por otra variará el grado de luminosidad de la estancia.
Lo mejor en estos casos es combinar ambos tipos de luz en distintas lámparas (las de techo y las auxiliares) para poder graduar las mismas según nuestras necesidades cada momento.
Juega con los espejos y los colores
Otros trucos muy útiles en caso de que queramos potenciar la luz natural, es colocar espejos junto o frente a la fuente de luz.
Esto multiplicará la claridad de la estancia. Elige además colores claros, tanto en paredes como mobiliario.
Los colores pastel, cremas, garbanzo y blancos serán tus mayores aliados. Combina los textiles de hogar para aportar un extra de frescura y elige muebles de estilo nórdico, de colores naturales y líneas ligeras. Notarás la diferencia.